el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

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viernes, 30 de noviembre de 2012

el robo del libro



Hoy, 28 de noviembre a las 17:50 hs. hubo un robo en la Biblioteca de Don Bosco.
Cuando Liliana, la bibliotecaria, se dio cuenta que faltaba “Intriga y seducción”, un precioso libro dorado, llamó al detective Rodrigo Jackson, porque en su tarjeta dice:  “siempre resuelve todos los casos”.




Cuando él vino hizo preguntas a todos los que estaban en la biblioteca: a Liliana 1, a Liliana 2, a Daniela, a Mariana y a los chicos del taller literario.
Entonces, Jackson dijo que había encontrado una huella en el libro que estaba en el piso y que en el estante se ubica al lado del libro robado.  También una pluma que venía de afuera y que se había enganchado en algún lugar.  Pero lo más importante es que encontró una nota, que seguramente se le cayó al ladrón, y decía: “voy a robar un libro”.
Rodrigo Jackson le preguntó a Liliana 2 quién vino a la biblioteca y ella respondió: Katy Perry, Madonna, Ricky Martin y Ricardo Fort.
El detective tenía algunas dudas y sólo dos sospechosos.  Fue a la casa de Ricardo Fort para preguntarle desde qué hora estaba allí y él respondió que desde las 17 hs.  Como el robo fue a las 17:50 hs. no pudo ser él.  Sólo quedaba una sospechosa y suya era la huella.
Katy Perry tuvo que devolver el precioso libro dorado y explicar por qué se lo llevó.
Katy quería que su novio y una amiga lo leyeran.

  Agustina, Candela  


lunes, 26 de noviembre de 2012

elefante



  

El 25 de julio, al querer apretar la letra A, advertí en el meñique de mi mano izquierda una tenue verruga.  El 27 me pareció considerablemente mayor.  El 3 de agosto logré, con ayuda de una lupa, discernir su forma.  Era una suerte de diminuto elefante: el elefante más pequeño del mundo, sí, pero un elefante hasta en su ínfimo rasgo.  Estaba adherido a mi dedo por la extremidad de su colita.  Así, prisionero de mi meñique, gozaba, sin embargo, de libertad de movimientos, salvo que su traslación dependía por completo de mi voluntad.
Con orgullo, con temor, con dudas, lo exhibí ante mis amigos.  Sintieron asco, dijeron que no podía ser bueno tener un elefante en el meñique, me aconsejaron consultar a un dermatólogo.  Desprecié sus palabras, no consulté a nadie, rompí relaciones con ellos, me dediqué por entero a estudiar la evolución del elefante.
Hacia fines de agosto agosto ya era un lindo elefantito gris, de la longitud de mi meñique, aunque bastante más voluminoso.  Yo jugaba todo el día con él.  A veces me complacía en fastidiarlo, en hacerle cosquillas, en enseñarle a dar volteretas y a saltar mínimos obstáculos: una cajita de fósforos, un sacapuntas, una goma de borrar.
En esa época me pareció oportuno bautizarlo.  Pensé en varios nombres tontos, y en apariencia, tradicionalmente dignos de un elefante: Dumbo, Jumbo, Yumbo …  Por último preferí llamarlo Elefante, a secas.
Me encanta alimentar a Elefante.  Yo diseminaba sobre la mesa migas de pan, hojas de lechuga, trocitos de césped.  Y, allá lejos, en el borde, un pedacito de chocolate.  Elefante, entonces, pugnaba por llegar a su golosina.  Pero, si yo ponía firme la mano, Elefante jamás podría alcanzarla.  De este modo, yo ratificaba que Elefante no era más que una parte, y la más débil, de mí mismo.
Poco tiempo después, digamos, cuando Elefante había adquirido el tamaño de una rata, ya no pude gobernarlo con tanta facilidad.  Mi meñique resultaba demasiado flaco para resistir sus ímpetus.
En ese entonces yo aún conservaba la idea errónea de que el fenómeno solo consistía en el crecimiento de Elefante.  Me desengañé cuando Elefante fue tan grande como un cordero: ese día también yo fui tan grande como un cordero.
Esa noche, y algunas más todavía, yo dormí boca abajo, con la mano izquierda fuera de la cama: en el suelo, a mi lado, dormía Elefante. 
Después …

 Fernando Sorrentino


cada escritora resuelve el final del cuento





… Elefante creció grande como una vaca y yo también crecí como una vaca.
Él, fue creciendo y yo también fui creciendo.
Elefante fue mi mejor amigo.  Siempre me ayudaba en la tarea de la escuela y comía conmigo.
Hasta que el 21 de setiembre, se desprendió de mi meñique.  Nuestra amistad se apagó,  su ayuda ya no estuvo más.
Lo único que podía hacer, era llevarlo al zoológico.
Antes de despedirme, mi mamá me dijo que nos íbamos a mudar al zoo.  Cuando llegamos, jugué con Elefante y fuimos felices por siempre.
Candela A.



 

… A la mañana Elefante y yo nos levantamos, tomamos la leche y nos fuimos a jugar. 
Cuando, de pronto, encontramos una pelota que tiraron por el tejado.  Era grande y al moverla tenía polvo.  Como no teníamos pelota, usamos esa.
Cuando se la paso a elefante se despegó solo, después nos pusimos a pensar que fue por la pelota que tenía polvillo.
Le mostré a mamá y tuvimos que llevar a elefante al zoológico.  Fuimos a visitarlo todos los días hasta que se acostumbrara a estar en el zoológico.
Elefante se puso triste pero cuando vio a otros elefantes se puso muy feliz.
Candela


 

… Después, al otro día, fui a la escuela y mis amigos se asustaron más todavía.  Y sí, ellos me terminaron convenciendo: fui a un dermatólogo.
Él me dijo que no había solución, así que volví a casa, tomé la leche y me fui a dormir la siesta, y cuando desperté, ya no tenía nada y dije:

_  ¡Ah! Lo voy a extrañar, pero bueno, ¡¡se me fue al fin!!

Al otro día fui entusiasmado al colegio y le dije a mis amigos. 
Ellos también se pusieron contentos.

Berenice

 

… después yo corté la luz y Elefante se escapó.
Mi mamá me dijo:
_ ¿Lo viste a elefante?  Lo buscamos y no lo encontramos.
Al día siguiente le dije a mi mamá:
_ Yo corté la luz para que se escapara.
_ ¿Por qué lo hiciste? –dijo mi mamá.
Y yo contesté:
_ Porque no lo quería.
Pasaron diez días más y Elefante volvió a casa.
Todos celebramos porque él volvió.

Agustina



domingo, 18 de noviembre de 2012

el desfile del cumpleaños de Don Bosco







El domingo 4 de noviembre, día de mucho sol, se celebró el cumpleaños de Don Bosco.
Se reunieron en Álvarez y Uriburu.
Estuvieron los socios de la biblioteca, alzaron los libros, y de las familias fueron las mamás, los papás y los chicos.
El desfile reunió a todos los vecinos y cuando el representante dio la orden, todos empezaron a caminar con su libro y lo alzaron muy alto, pero muy alto, casi hasta llegar al cielo.
No sólo la biblioteca estuvo presente.  También desfilaron los colegios, los bomberos con autobombas y muchos más, como los chicos del club de futbol y los de taekwondo.
Al pasar delante del palco, saludaron al intendente y a la gente que vino a mirar.  También había una niñita que gritaba mucho porque quería ir al baño y su casa quedaba lejos.
Cuando el desfile terminó, el barrio se reunió para soplar las velitas de la torta que era GIGANTE y cortaron un millón de porciones.  Ya que era tan grande aprovecharon para regalar a las personas que no vinieron a ver el desfile.
Así terminó la fiesta ese domingo de mucho sol, cuando todos los vecinos gritaron:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS DON BOSCO!


Agustina, Candela A.

domingo, 28 de octubre de 2012

el concurso de manchas



 


En nuestra ciudad de Don Bosco un día de mucho calor, había pegados varios carteles que decían:

EL 21 DE OCTUBRE
ESTÁN INVITADOS TODOS.
EL QUE TRAIGA LA MEJOR MANCHA, GANARÁ.
HAY 1° - 2° Y 3° PREMIO Y MENCIÓN.

El 20 de octubre todos estaban preparando las mejores manchas del mundo para poder vencer a todo el universo y fueron los vecinos y el barrio entero. 



Empezaron a aparecer manchas multicolores, flúo, de barro, de huevo, de carbón, de café, de leche, punteadas, rayadas, de caramelos, de tomate, de tinta lavable, de pegamento, con pintitas, de helado, de acero, de oro y plata, de lapiceritas de leche chocolatada, de crema americana.


Los que llevaban las manchas eran artistas, gente pobre, etc.
Los jueces tardaron en decidir porque todas eran muy buenas.
Es más, siguieron apareciendo de metal, de goma, de plástico.  Había manchas sobre ropa, telas raras y manchas de lija.



Pero llegó Ricardo Fort y trajo una mancha de chocolates Felfort.  Y vino Susana Giménez y trajo una mancha de chocolate blanco.
También vino alguien con un regalo para el día de la madre con una mancha enorme, que ocupaba tanto lugar que no pudo entrar al concurso.


Hasta participó Lady Gaga con una gigante mancha de aceite sobre una lámina del colegio.
Pero quien ganó fue Shakira, que traía una mancha de agua.
Los jueces dijeron:
_  Bueno, bueno.  Ya tenemos una ganadora.  Es … SHAKIRA, sacó el 1° premio.  ¡Muy bien!
El juez pensó:
_  Ya que la elegimos, capaz que nos regala entradas.


Agustina,  Berenice,  Candela,  Candela A.






lunes, 22 de octubre de 2012

érase una vez




Érase una vez un perro al que le encantaba comer arroz con leche.
Ah … casi me olvido, tiene una dueña muy loca. 
Ella le dijo:
_ Vení gatito, gatito.
La dueña duerme en una casa muy vieja, en un pueblo chico.
Así que, la dueña fue al doctor. 
Ella se recuperó y el doctor se volvió loquísimo.
Agustina


martes, 21 de agosto de 2012

las compañeras del renglón






Las compañeras del renglón nunca se peleaban.  No se separaban, estaban siempre unidas en un libro que es famoso y todos leen porque es muy cómico y entretenido.
Un día el escritor quiso poner una sangría.  El margen y la sangría que eran novios  no se querían separar para poder darse besitos.  Pero no pudieron encontrarse fácilmente porque un gran espacio blanco lo impedía, así que la sangría se fue, se despegó y no existió más una sangría en la vida.
Cuando a la sangría le faltaban pocos días para desaparecer se despidió de su amado el margen,  para no volver a verse.
Las compañeras del renglón organizaron una fiesta para despedirla y cuando todos estuvieron allí les hicieron bromas.  A la novia le tiraron moco y al novio baba.
Su amigo el punto se subió a cococho  de la coma y festejaron un rato largo, hasta que a la coma le empezó a doler la espalda.
A esta altura la fiesta se convirtió en un problema, y resolvieron ir cada uno a su lugar.
Las compañeras del renglón se acomodaron en un minuto y justo a tiempo.

Agustina, Berenice y Candela



sábado, 21 de julio de 2012

de repente ...



De repente, el libro abrió grande la boca y se devoró a la niña. 
Ella dijo: ¡SOCORRO!
La niña estaba soñando y eso se hizo realidad.
Ese libro tenía páginas y páginas de nada.

Agustina


 


lunes, 18 de junio de 2012

la vergüenza



Las rosas son rojas
como tu corazón
que tiene vergüenza.
Como un tomate.
Tu corazón me da alegría.
Soy tu poeta favorita.
Te amo.

Agustina




martes, 22 de mayo de 2012

la coneja Juanita



En este cuento la historia dice que Juanita es una coneja muy traviesa, saltarina y juguetona.
Al decir traviesa se refiere a que cuando sus dueños se van, ella va a la cocina y roba las zanahorias.


Los dueños se enojan y le pusieron una correa.  La atan.  Ella se pone a llorar y los dueños la desatan.  Después le compran un collar con un cristal de oro y plata.
La coneja sale afuera y le muestra al conejo vecino.  El conejo le dice:
_ ¡Qué hermoso collar!
Juanita dice:
_ No es feo, aparte combina con mi pelaje como las nubes blancas.
Ella se pone contenta por su collar tan esponjoso y brillante.
Luego viene un conejo ladrón y le roba el collar.  Juanita lo corre y lo alcanza.
_ ¡Te tengo!  ¡No robes mi collar!   Ahora devolvémelo.
En fin, se lo devolvió y Juanita le dijo:
_ Como lo querés tanto te voy a dar uno de los míos.
El conejo se puso contento y la coneja también. 
Fin.
Agustina, Berenice y Candela



martes, 15 de mayo de 2012

los animales perdidos


Había una vez un perro llamado Luca. 

Luca es un perro muy acelerado e inquieto.  Él siempre quería salir a pasear, pero siempre no podía salir.
Ese mismo día compraron una tortuga. 

La tortuga dormía todo el día y no paraba de comer lechuga.  Ella se llamaba Uma.
Un día compraron un conejo.

El conejo se llamaba Sam.   Él era saltarín porque no paraba de saltar.
Ese mismo día el perro se escapó y la familia se preocupó mucho.  Lo llamaron y no venía.   Cuando lo encontraron, ese mismo día, se perdió el conejo.  También lo llamaron y no venía.
Después se perdió la tortuga y la empezaron a buscar y no lo encontraron.
Después la tortuga volvió.
Le hicieron una casita a cada uno.  Al perro le hicieron una cucha con puerta.  A la tortuga le hicieron una casita con flores, pasto, lechuga y agua. 
Así nadie se iba a escapar de su casa.
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Agustina