Las compañeras del renglón nunca se peleaban. No se separaban, estaban siempre unidas en un
libro que es famoso y todos leen porque es muy cómico y entretenido.
Un día el escritor quiso poner una sangría. El margen y la sangría que eran novios no se querían separar para poder darse
besitos. Pero no pudieron encontrarse
fácilmente porque un gran espacio blanco lo impedía, así que la sangría se fue,
se despegó y no existió más una sangría en la vida.
Cuando a la sangría le faltaban pocos días para
desaparecer se despidió de su amado el margen, para no volver a verse.
Las compañeras del renglón organizaron una fiesta
para despedirla y cuando todos estuvieron allí les hicieron bromas. A la novia le tiraron moco y al novio baba.
Su amigo el punto se subió a cococho de la coma y festejaron un rato largo, hasta
que a la coma le empezó a doler la espalda.
A esta altura la fiesta se convirtió en un
problema, y resolvieron ir cada uno a su lugar.
Las compañeras del renglón se acomodaron en un
minuto y justo a tiempo.
Agustina, Berenice y Candela