el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

sábado, 3 de noviembre de 2012

un viaje en locóptero



No es una nave espacial, nos dijo.  Ni un barco ni un triciclo ni una canoa.  No anda con ruedas, nos dijo.  Ni con alas ni a motor.
El locóptero es el locóptero, nos dijo.  Un medio de transporte muy veloz que va muy despacio. Se desplaza sin moverse del lugar.  Se pone en marcha sin arranque.  Y jamás puede chocar.


El que no crea que se suba, nos dijo.  Y aceptamos la invitación.  Había lugar para todos,  hasta para los que jamás se subirían.  Así es que nos ubicamos y el viaje comenzó.
A poco de andar, divisamos una gruesa montaña hundida.  Violeta como las mandarinas.  Al instante,  un parque blanco como los tomates y picante como un clavel.
Este lugar nos gusta, dijimos.  Y el locóptero estacionó.
Pero no pudimos descender porque sólo había escaleras para subir.  Ésta es la estación “Espumas”, nos dijo.  Aquí vienen a pasar sus vacaciones las mariposas a rayas y las cebras con alas.  Ya que no es posible bajar, quien se asome por la ventanilla lo comprobará, nos dijo.
Nos asomamos y una enorme burbuja nos abrió los brazos para darnos la bienvenida.
Sin ajustar los cinturones, ni elevarnos, ni escapar, el locóptero retomó la marcha y seguimos viajando sin apuro.
Tropezamos con …
Silvia Schujer

¿adónde irían en locóptero?
Jeremías:   Yo si me subo, voy a Chascomús o a la granja.
Lucas:        Yo me voy a Brasil ¿es muy lejos, no?

¿qué paisajes verían?
Jeremías:   Un lugar donde haya pasto, árboles, flores y vacas.
Lucas:         Yo quiero ver caballos, cerdos, margaritas, plantas y gente tomando
                   mate.  Lili ¿escribiste chanchos?

¿para qué sirve un plumero?
Lucas:         Mi mamá limpia el techo.
Jeremías:   Un plumero es para limpiar lo sucio y espantar a los pájaros.

¿ustedes cómo arreglarían al locóptero?
Jeremías:    Con una pinza.
Lucas:          Con la pinza hay que hacer fuerza.  Mejor con un martillo y se rompe
                    todo.
Jeremías:    Lucas, podemos arreglarlo con serrucho y clavos.
Lucas:          Te ayudo con un destornillador Phillips y si hace falta una motosierra.

¿qué les pareció raro en este cuento?
Lucas:          Yo nunca vi un locóptero.
Jeremías:    Que las mandarinas eran violetas.
Lucas:          Y las montañas estaban para abajo.
Jeremías:    En el sol hacía frío.
Lucas:          Ah … las mariposas no tenían puntitos.
Jeremías:    ¡Sí!  Eran rayadas.
Lucas:          Lili,  en el cuento decía que los perros volaban, pero Zamba no puede.
Jeremías:    Pipo tampoco.