Un día, un perro empezó a comer arroz con leche,
luego empezó a ir a la plaza todas las tardes.
Nuestro can vivía en una casa vieja con una dueña
muy loca.
El perro era algo distraído, pero hacía las cosas
bien.
Una tarde de mucho calor, el perro llevó su
arrocito y una taza de leche para ponerle.
De pronto, vio una bestia con nariz de jabalí,
orejas de lobo, colmillos de tigre y pelaje gris.
La bestia estaba caminando hacia el can, pero el
animalito se fue corriendo a otro sector de la plaza, pero la bestia lo
encontró.
Antes de que se coma al perro, el animalito
huyó.
Volvió a su casa despavorido y nunca más vio a esa
bestia.
Candela A.