el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

viernes, 24 de agosto de 2012

versión de Pedro Urdemales y la olla hervidora



Había una vez un señor Pedro, que estaba hirviendo una olla porque tenía hambre, pero se aburría mucho.
Se acostó abajo de un árbol para esperar que el agua se calentara y poner los fideos para no comerlos duros.
Entonces apareció un hombre arriba de un caballo.  Venía por allá … muy lejos.
Pedro no le contó que antes había fuego debajo de la olla. 
Pedro le contó que golpeando con unos palitos la tapa y diciendo unas palabras así:
“Hierve, y más hierve, mi olla hervidora.  Hierve y más hierve, a todo hora”, el agua hervía.
El hombre quiso comprar la olla.  Iba a pagar 100; 500; 1000 y pagó 2000 para llevarse la olla, la tapa, los palitos y las palabras “Hierve, y más hierve, mi olla hervidora.  Hierve y más hierve, a todo hora”.
El hombre después se dio cuenta que era mentira, que sin fuego el agua no ablandaba los fideos.
Pedro lo engañó.

Lautaro