el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Anabella ...

Anabella era una pintora muy exitosa.  Pintaba todo tipo de cuadros:  retratos, líneas y hasta algunas veces pintaba lo que se le ocurría.  Había aprendido a pintar gracias a Manuel que era un pintor español.




La historia de Anabella y Manuel comienza de esta manera:
Un día bien de frío, Anabella estaba tomando el desayuno y se sorprendió al ver que uno de sus amigos venía de visita, mucho más al saber que el que la visitaba esta vez era su buen amigo Manuel.
Ella lo quería mucho, porque él pintaba unos preciosos cuadros.  Anabella amaba la pintura.  Ella, gracias a él, había estudiado y conocido obras de Picasso, Quinquela Martín y Salvador Dalí.
Finalmente, su amigo la llamó y le dijo que ya estaba en el hotel “Colores”.  Anabella agarró su bolso y su campera lo más rápido que pudo y se fue en marcha hacia el hotel.
Manuel ya estaba pintando como siempre.  Esta vez no estaba pintando cualquier cuadro, estaba pintando el retrato de Anabella. 
Manuel tenía un secreto, muy, muy secreto …
El secreto era que él se había hecho famoso por sus cuadros en España,  pero todavía los españoles no sabían lo que ocultaba Manuel.  Estaba haciendo un hermoso cuadro,  más lindo que cualquiera de los otros que había hecho antes. 
Él no quería ser vanidoso por ser tan famoso, él nada más quería ser feliz pintando sus obras maestras.
Pero lo que hasta ahora he contado, no es todo: Anabella también tenía un secreto.  Ella también hacía un retrato de Manuel.
Anabella siempre que pintaba sentía que estaba en el paraíso,  entonces de su cabeza feliz era de donde salían las ideas a la hora de pintar.
Manuel sentía que estaba en el campo escuchando el canto de los pájaros, mientras él pintaba sobre una hoja todo lo que miraba y sentía al estar allí.



Anabella estaba llegando al hotel con un regalo para Manuel, que era un cuento que había escrito ella misma. 
Cuando llegó le dijo:
_  Esto es para ti.
Manuel le preguntó por qué se lo daba y ella le contestó:
_ Esto es por todos los años que me has enseñado a pintar y es una manera de agradecerte.
Manuel se puso a llorar y le preguntó cómo se llamaba su cuento y ella le dijo:
_  Este cuento se llama “Cuentos de mil colores”.
Junto con el cuento le había traído el retrato de Manuel, y Manuel ya había terminado el retrato de Anabella. 
Entonces, cada uno se lo dio al otro y los dos se emocionaron tanto que en el piso apareció un charco de dos pintores que según cuentan, el charco era de mil colores.

                                          
Manuela

este cuento obtuvo una MENCIÓN
en el Concurso Literario de la Biblioteca Mariano Moreno

¡ FELICITACIONES !