Un día un rey vino a un pueblo.
Los aldeanos lo miraron. Una chica robaba dinero, robaba con un hombre. Siempre todos lo advertían, pero ninguno de los dos se daba cuenta. Los hijos que jugaban con ella se dieron cuenta a partir de ese momento. Ellos se pusieron delante de sus padres y cada vez que se acercaban los dos le pegaban con un palo.
Terminaron llorando.
Candela