María era una gran escritora. Compartía toooodos sus cuentos con toooodo el mundo.
Le pagaban $ 20.- para que ella haga un cuento.
Un día contó un cuento muy largo, se trataba de un perro favorito. Cuando ella lo terminó de leer en la plaza, la aplaudieron, la aplaudieron y la aplaudieron.
A la tarde le encargaron un cuento. Tardó toda la noche en terminarlo. Ella no supo escribirlo, no le salía.
_ Perdí mi don!!! –dijo.
Al otro día, murió porque no sabía hacer un cuento. Perdió su talento y perdió su vida.
Candela