Esa mañana, el circo llegó a la ciudad. Joaquín dormía, pero el sonido de los elefantes lo despertó. Y, de un salto, ya estaba en la ventana. Al ver la caravana, no dudó un solo instante, debía unirse a ellos y trabajar allí.
Tan rápido como pudo, se vistió.
Había llegado el día, no tenía que dejar que los nervios lo traicionaran.
En el circo quedarían encantados cuando les mostrara lo que él podía hacer…
Georgina Rôo
(fragmento del cuento leído en clase)
alguna vez ¿fueron a un circo?
Abril: No.
Camila: Yo nunca.
Ángeles: Yo sí. Había un chico que agarró un zapato y lo desaparecía.
Sofía: Yo no fui todavía.
si trabajaran en un circo ¿qué harían?
Camila: Tengo un lobo y tengo un palo y con el palo golpeo al lobo.
Sofía: Mmm … mmm … mmm ... ¡malabares! TI TI TI RI TI
Jeremías: Con un teléfono hablo con una persona, con una abuelita.
Ángeles: Magia y que aparezca un libro.
Camila: Yo una vez imaginé que hacía aparecer un caballito de mar.
Sofía: Yo lo vi en la tele y era amarillo.
Abril: En un circo quiero que dos delfines me alcen arriba.
¿qué crees tú que puedes hacer en mi circo?
Abril: Saltar.
Camila: Marcharía.
Ángeles: ¡Nada!
Sofía: Con unas banderas de muchos colores me muevo así, así, así.
Jeremías: La vertical.