el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

sábado, 16 de junio de 2012

una calesita



Don Teodoro acababa de jubilarse.  Estaba demasiado viejo para seguir viajando con el circo. Mucho había trabajado como payaso, haciendo reír a chicos y grandes y ahora extrañaba mucho todo aquello; sobre todo, extrañaba a los chicos.
Entonces, don Teodoro resolvió comprar e instalar en el jardín de su casa, ¡una calesita!
Trabajar de calesitero era más descansado que trabajar de payaso. Ni siquiera tendría que  moverse de su casa y estaría otra vez rodeado de chicos.
Buscó todos sus ahorros y salió en busca de una calesita, pero, no había ninguna en venta.
Volvió muy triste y le contó a su mujer lo sucedido.  Por suerte, doña Arcadia era una señora con mucha imaginación y que no se achicaba ante ningún contratiempo y, muy decidida, dijo …
Raquel Barthe




¿con qué construirían una calesita?
Jeremías:  Con herramientas y con sillas.
Lucas:        Yo con caños.  Con lápices rotos.
Valentín:    Con maderas y tapas de libros.

¿qué motor le pondrían a la calesita?
Valentín:     El motor de un auto roto.
Lucas:         El de una moto.
Jeremías:   El de un colectivo que chocó.

¿cómo imaginan a don Teodoro?
Lucas:         Con un traje blanco.  Es joven y muy alto.
Jeremías:   Teodoro tiene traje verde.  Sí, es muy alto.
Valentín:     El traje de Teodoro es azul.  Es joven y más alto que esta casa.
                   Y tiene bigotes.
Lucas:         ¡No!  Es pelado.

¿cómo imaginan a doña Arcadia?
Lucas:         Es grande y alta.
Valentín:    Es una súper héroe.
Jeremías:   Es fea porque tiene un tatuaje.