Era una llave maldita. Abría todas las puertas. Pablo abría con ella su casa.
Allí fue cuando comenzó su mala suerte.
Investigó una solución. Lo logró. Se liberó subiendo a una montaña donde vivía el Señor de las Maldiciones.
Él libró a Pablo. Pero a cambio, el resto de su vida, debía vivirla como el mejor amigo del hombre.
Paloma