el blog de los pequeños escritores

La lectura conduce al deseo de escribir.

En el taller literario, la palabra tiende a sumar otras palabras.

La intención fluye como el agua. Lo importante … es la sed.

domingo, 9 de octubre de 2011

el principito (capítulo XIII)


El principito llegó a un planeta donde había un hombre de negocios.  El hombre estaba tan ocupado que ni siquiera levantó la cabeza cuando llegó el principito.
_ Buenos días –le dijo éste-.  Su cigarrillo está apagado.
_ Uno y uno son dos.  Dos y dos son cuatro.  Cuatro y dos son seis.  Buenos días.  Cuatro y cuatro son ocho.  No tengo tiempo para volver a encenderlo.  Ocho y dos son diez.  ¡Uf!  Todo da un total de quinientos millones … bla, bla, bla.
_ ¿Quinientos millones de qué?
_ ¡Eh!  ¿Estás siempre ahí?  Quinientos millones de …  Ya no sé …  ¡Tengo tanto trabajo!  Yo soy un hombre serio, no me divierto con tonterías.  Diez y dos son doce.
_ ¿Quinientos millones de qué? –repitió el principito.
El hombre de negocios levantó la cabeza:
_ En muchos años, en éste planeta, sólo he sido molestado tres veces.  La primera, por un abejorro que cayó no sé de dónde.  Produjo un ruido espantoso y cometí cuatro errores en una suma.  La segunda, por un ataque de reumatismo.  Me hace falta ejercicio.  No tengo tiempo para moverme.  Yo soy un hombre serio.  La tercera vez … ¡ahora!   Decía, quinientos millones …
_ ¿Millones de qué?
El hombre de negocios comprendió que debía responder.
_ Millones de esas cositas que se ven a veces en el cielo.
_ ¿Moscas?
_ Pero no, cositas que brillan.
_ ¿Abejas?
_ ¡Pero no!  Cositas doradas que distraen a las personas. ¡Pero yo soy un hombre serio!  No tengo tiempo para distraerme.
_ ¡Ah!  ¿Estrellas?
_ Eso es.  Estrellas.
_ ¿Y qué hace con quinientos millones de estrellas? ...

Antoine de Saint-Exupéry
(fragmento del cuento leído en clase)



¿qué es un hombre de negocios?
Jeremías:   El que vende caramelos.
Sofía:         El señor que tiene un kiosko y tiene de todo.
Santiago:    ¡Sí!   Alfajores.
Ángeles:     Un señor de negocios vende maderas.
Abril:          ¡Y está lleno de monedas!
Camila:       Es un señor lleno de negocios.

¿quinientos millones de qué?
Sofía:         De billetes de colores y verdes.
Jeremías:   De nada.
Santiago:    Quinientos millones de plata.
Camila:        Plata, plata y más plata.
Ángeles:      Millones de muchas cosas, de todas las cosas.
Abril:          Quinientos millones de monedas grandes y chiquitas.

¿qué harías con quinientos millones de estrellas?
Abril:           Las miraría a la noche hasta que no quiera más.
Santiago:     Yo las cuento para que no falte ninguna.
Ángeles:       Yo no las quiero … son muchas.
Camila:         Quinientos millones de estrellas todas juntas ¡qué lindo!
Jeremías:     ¿Cuántas son quinientos … ?
Sofía:           Yo las enciendo a la noche cuando quiero luz.

¿para qué sirve ser rico?
Camila:          Para contar plata, monedas y …  estrellas!
Abril:            Rico es el que tiene una caja llena de dólares y monedas.
Sofía:           Esos billetes verdes tengo yo en un sobrecito ¿soy rico?
Santiago:    Para comprar juguetes y kioskos.
Ángeles:        Para comprar lapicera y no pedirle a Lili.
Jeremías:     ¡Yo soy rico!  Tengo a mi mamá.