Era él y un dolor fuerte apareció en mi pecho. No me pareció bien que esté con ella, pero se los veía felices, y lo único que importaba era su alegría.
Al concentrarme en esto me olvidé de lo que buscaba. Quise hacer memoria. Al oír su voz por el parlante de la tele, se me vino la imagen de la foto en la que estábamos juntos, cuando éramos pequeños …
Él era muy tierno, eso sí. Busqué la fotografía en el ropero de mi habitación. Se me dibujó una sonrisa al encontrarla, pero se tapó rápidamente con un gesto de dolor y ternura. Le toqué la cara con mi mano, con suavidad ¡cuánto lo extrañaba!
Repetí el gesto una y otra vez, pero me llamó la atención algo … el disfraz.
Miré dentro del ropero, busqué un poco más revolviendo las cosas. Lo encontré. Era el mismo disfraz de la fotografía.
Decidí llevarme por la curiosidad y me lo puse. Era algo increíble ¡me entraba! Pero el dolor de mi pecho se hizo más fuerte al recordarlo con más claridad, la forma en que me miraba … ¡Daría lo que fuera por volver a estar allí! pero, acobardada volví a dejarlo donde lo encontré.
Micaela