La nena era alta, rubia, con rulos y siempre con los cachetes colorados.
Ella envidiaba a su compañera Lucía porque tenía las zapatillas con rueditas. Ella no podía comprarlas. Entonces Lucía le dijo a la nena:
_ Si querés yo te las presto.
_ Dale, prestame las zapatillas y yo te juro que las voy a cuidar muy bien.
Ya era hora de ir a casa y Lucía dice:
_ Bueno, pasá por mi casa que te voy a dar las zapatillas.
_ Dale.
Pero la nena dijo que las iba a cuidar y que cuando se ensuciaran las limpiaría, pero era mentira.
La nena tenía que ir a buscar las zapatillas.
Lucía le dijo:
_ Tomá Micaela, cuidámesla bien. Te las presto hasta el sábado. Ok?
_ Sí. Ok!
Pero Lucía no sabía que Micaela se iba se viaje a la capital a ver a su tía.
Micaela llegó a su casa y se puso las zapatillas, luego salió a la calle. Primero se le salió una ruedita. Después las ensució pero no las lavó.
Era sábado, Micaela llevó una bolsa y las puso adentro, pero no se veía si estaban sucias o si le faltaba una ruedita.
La mamá de Micaela le dijo:
_ Apurate Micaela que a las cuatro nos vamos de viaje.
_ Bueno mami.
Micaela llegó a casa de Lucía y le dijo:
_ Tomá Lucía. Gracias por prestármelas. Chau, chau, chau …
_ Bueno. Gracias Micaela.
Y Micaela se fue corriendo a su casa.
Lucía abrió la bolsa y vio que las zapatillas estaban sin una ruedita y sucias. La mamá de Lucía le dijo:
_ Lucía, me podés explicar qué es esto? Una semana sin ver la tele porque no cuidás tus cosas.
_ Bueno, mami.
Y la mamá le pegó porque le dice mentiras.
Romina