Ésta
era una escoba que se aburría. Estaba en
un rincón del patio, con la paja para arriba.
Eso no le gustaba, porque la paja eran sus piernas y también sus manos. Estar en un rincón, patas arriba, y para
colmo en un patio tan sucio, ¡qué mortadela de vida!
Las
hojas secas, las pelusas, los diarios viejos, los carozos de banana, los pelos
de gatiperro, las cáscaras de aceituna y las latas vacías le hacían cosquillas
en la punta del palo, que era su cabeza, y ella pensaba (en el suelo) que
alguien la debía llevar a barrer alguna vez.
Su
abuela le contaba que en sus tiempos, los chicos se entretenían en montar una
escoba, jugando al caballito, pero eso nunca le había pasado.
Un
día alguien tiró junto a ella un trapo de piso.
El trapo se le enredó en la cabeza como una bufanda. O como una media de lana. O como el turbante de Arafat.
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¡Qué asquete! –pensó la escoba.
Y
el trapo, que estaba sucio pero no era zonzo, la oyó.
_
Por lo menos te acompaño y te abrigo –le dijo.
_
Tengo frío no –dijo ella-, aburrida pero estoy, cuento un contame …
María Elena Walsh
¿qué hay
en un patio?
Abril: Toboganes, flores y muchos árboles.
Sofía: ¿Árboles en un patio? No, hay macetas.
Santiago: Hay nenes jugando a la pelota.
Abril: Un perro y pasto. Y … macetas con plantas.
Camila: Si hay perro, hay caca de perro.
Santiago: Grillos que hacen cri-cri.
Sofía: ¡Ja ja!
Y sapos que hacen cra-cra.
¿qué hace
una escoba para no aburrirse?
Santiago: Juega con la pelota cuando los chicos no
están.
Camila: Se hace espía. ¡Es divertido!
Abril: Se aburre porque no tiene nada que
hacer.
Sofía: Que cante, que baile, que venga al
taller.
Santiago: ¿Para qué va a venir? Las escobas sólo barren.
¿qué
cosas barren?
Abril: El piso y los lápices que se caen.
Camila: La basura barre. La punta de los lápices y los juguetes
viejos.
Santiago: Pelusas.
¡Montañas de arena!
Sofía: La escoba del patio del cuento, barre
ladrones.