Una viejita cumplía noventa y lo festejaba con ancianos en su casa.
La viejita se peinó con rulos y se puso un gorro y se vistió con una remera y una pollera larga con zapatos negros.
Cuando llegaron los invitados, la viejita habló sobre su bisabuela.
Le regalaron agujas de tejer y lana. Todo el día se pasó tejiendo un pulóver para su hija.
Mariana
